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Nuestro proyecto​

Aquí encontrarás los objetivos que nos propusimos y detalles de nuestra propuesta

¿Que percibimos como demanda social?

¿Cuales son nuestros  objetivos?

Hay algo que hace ruido…

Transitamos una etapa de revisión de los viejos paradigmas, de cuestionamiento de verdades absolutas, de re-significar lo que creemos necesario para lograr un desarrollo sano y amoroso. Allí donde la violencia y el individualismo son moneda corriente, donde la homogeneización ha pasado por encima de múltiples y valiosas identidades, donde en pos del afán de lucro hemos olvidado a Nuestra Madre Tierra, apostamos a crear un espacio de socialización y encuentro de miradas.

Creemos que la educación tiene un rol fundamental en la sociedad que queremos construir; basada en valores solidarios, de respeto a la naturaleza y armonía con todos los seres que en ella vivimos, en rescatar el valor del grupo y la comunidad como espacio de contención y crecimiento, en el respeto a los procesos de desarrollo de cada niño y niña, en valorar la diversidad como fuente de aprendizaje.
Padres, madres, educadores y niños reclaman nuevas estrategias, nuevos vínculos, nuevas construcciones colectivas.

Desperar la consciencia para crear un nuevo mundo donde fluya el amor, el respeto y la libertad. 2

 

Generar un cambio de consciencia social a través de de un cambio en la forma en que acompañamos a nuestos hijos que son la base de esta futura sociedad.

 

Crear un espacio educativo que responda a esta necesidad de cambio, acerándonos a una visión pedagógica que tenga en cuenta a la persona más que a la acumulación de conocimientos.  

 

"Cambiar la educación para cambiar el mundo"

                                                                             Claudio Naranjo

Nuestra propuesta

 

 

Partimos de que el desarrollo del ser humano es un proceso que se inicia desde el interior del individuo en interacción con el entorno. La educación debe respetar este proceso que surge de una curiosidad innata y unas necesidades profundas de desarrollo y juego.
En nuestros espacios los niños eligen su actividad, basándose en el respeto a su derecho a dirigir su propio aprendizaje. No existe la fragmentación de las áreas de educación, y el trabajo es interdisciplinario. 

El aprendizaje se articula a través de la convivencia y de las interacciones entre las personas de cualquier edad, procedencia, género, cultura y capacidad. Generando un ámbito inclusor de las diferencias y promotor de la dignidad humana y contribuyendo a la integración de todos.

Las relaciones se construyen desde el respeto buscando la autorregulación, evitando modelar sus comportamientos.  El rol del adulto acompañante es de observador y  facilitador de los procesos de desarrollo con una actitud de escucha, honestidad, vínculo, empatía, no juicio y proporcionando seguridad y cariño.
Los límites están relacionados con la seguridad y la convivencia para asegurar un clima constructivo. En este sentido pensamos que la forma ideal de interacción son las relaciones horizontales siendo conscientes que el aprendizaje será para toda persona que se encuentre en el espacio educativo.

Las actividades se desarrollan en un ambiente intencionadamente preparado para que los niños y niñas puedan desarrollar su potencial interno. Un ambiente principalmente lúdico con una  buena estructuración de los diversos rincones, con sus materiales, peculiaridades y límites. Los niños deben estar suficientemente informados sobre los materiales con los que cuentan, dónde están y estar accesibles para todas las edades. Un espacio en un entorno natural que disponga de  suficiente estímulo acorde a las necesidades de los niños. El eje vertebrador de nuestro espacio es posibilitar la libre actividad y permitir procesos educativos individualizados no uniformados.

 

Este espacio educativo promueve un desarrollo sustentable que implica abandonar una visión cortoplacista y utilitaria de los mal llamados "recursos naturales", para adoptar nuevos vínculos de respeto hacia el planeta y los seres que habitan en el. Nos parece necesario, repensar el lugar que ocupamos como seres humanos en relación al medio en que vivimos y propiciemos actividades prácticas reales que permitan a los niños y niñas aprender haciendo, desde prácticas que conduzcan a una mayor armonía con la naturaleza.

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